Este martes en la mañana, la senadora Ximena Rincón y el ex Vicerrector de Economía y Administración de la Universidad de Chile y doctor en Matamáticas, ingeniero Patricio Basso, entregaron a la Ministra del Trabajo María José Zaldívar, un estudio que desenmascara el abuso en el cálculo de pensiones que hacen las AFP y que hoy reciben los jubilados.
En el caso del retiro programado, más de cien mil pensionados han muerto y no han podido hacer uso de sus ahorros previsionales, porque la tabla de mortalidad no corresponde.
El estudio demuestra que eliminar la tabla de mortalidad y aplicar tasas de interés de mercado implica mejorar, de inmediato, todas las pensiones en porcentajes que van desde un 20% hasta un 80% dependiendo de la edad del pensionado.
Este es el estudio completo del cálculo de pensiones
Esta nota técnica propone una nueva metodología de cálculo para las pensiones del sistema de AFP, con el objetivo de lograr, con la mayor eficiencia y eficacia posibles, un aumento inmediato y sustantivo de las pensiones que reciben y recibirán los jubilados. La propuesta se aplica esencialmente a las pensiones de vejez autofinanciadas bajo el régimen de retiro programado, y pretende realizar el menor número de cambios posibles a la metodología actual, dejando para un debate posterior otros cambios más sustantivos.
1. Antecedentes
El monto de las actuales pensiones depende de cuatro factores:
• Saldo en la cuenta de capitalización individual • Tablas de Mortalidad • Tasa de Interés Técnico de Retiro Programado (TITRP) • Factor de Ajuste
El saldo en la cuenta de capitalización individual es un factor que depende del porcentaje de las remuneraciones que cada persona destine a cotización y de su densidad, factores ambos dependientes, a su vez, de las políticas públicas que el Estado adopte y del crecimiento de la economía del país.
Los otros tres factores, sin embargo, pueden ser modificados cambiando algunos aspectos menores de la ley, sus reglamentos y normas.
Las definiciones actuales que rigen el cálculo de estos factores tienen por consecuencias pensiones muy bajas y la existencia de saldos de ahorros demasiado elevados que, en el hecho, obligan a la mayoría de los pensionados a dejar una herencia muy alta mientras han debido sufrir una vejez de miseria.
En efecto, el uso de la Tablas de Mortalidad puede ser eliminado si se establece una edad máxima dentro de la cual se debe consumir el ahorro personal y, más allá de la cual, el Estado se hace responsable del pago de las pensiones. Ciertamente, esa edad debe ser determinada de modo que las pensiones autofinanciadas sean suficientemente altas para que todos los pensionados puedan superar la línea de la pobreza, pero teniendo presente, al mismo tiempo, el costo que esto representará para el fisco.
En cuanto a la TITRP, según se estipula en la Circular N° 2177 de la Superintendencia de Pensiones, de fecha 3 de enero de 2020, “la tasa de interés recalculada es aquella resultante de ponderar por un 80% la tasa de interés equivalente derivada de un vector de tasas de interés y por un 20% la tasa de retorno anual promedio de los Fondos de Pensiones C, D y E” la cual “se obtiene a partir de los retornos reales mensuales de los últimos 120 meses, de cada uno de los tipos de Fondos C, D y E anualizados y finalizados al cierre del mes de diciembre de 2019”.
A su vez, el vector de tasas de interés se calcula a partir de la denominada "Curva Cero Real" determinada sobre la base de las transacciones observadas de instrumentos emitidos por el Estado y el Banco Central de Chile, adicionándole un cierto exceso de retorno. La tasa de interés técnico actual es de un 2,92% anual.
En el gráfico siguiente se comparan la TITRP con el promedio móvil de 10 años de la tasa de rentabilidad ponderada de los fondos C(20%), D(60%) y E(20%) anualizada. Los porcentajes de ponderación son los mismos que actualmente utiliza la Superintendencia de Pensiones.
Como se puede observar, la TITRP se ha mantenido siempre muy por debajo de las rentabilidades reales de los fondos de pensiones, no existiendo razón alguna que justifique su uso. Esta decisión ha significado pagar pensiones innecesariamente bajas. Es a todas luces absurdo utilizar el comportamiento futuro de instrumentos libres de riesgo para estimar el comportamiento futuro de la rentabilidad de los fondos de pensiones.
Finalmente, existe otra variable poco conocida y que se denomina: Factor de Ajuste, que corresponde a un cierto porcentaje en el que se reduce el monto mensual de la pensión para constituir una Reserva de la Cuenta de Capitalización Individual. Cada recálculo de la pensión se realizará en base al saldo de las cuentas personales destinadas a pensión, no incluyendo el monto de la reserva. Dicha reserva tiene por objeto prever casos de extrema longevidad. En la determinación del factor de ajuste se utilizan las tablas de mortalidad y las TITRP vigentes a la fecha del cálculo. Como se puede observar, se trata de volver aplicar a las pensiones ya reducidas por el uso de las tablas de mortalidad y las exiguas tasas de interés, las mismas tablas y tasas, lo que a todas luces constituye en exceso de precaución que perjudica a la mayoría si no a todos los pensionados.
2. Síntesis de Propuesta de nuevo método de cálculo
El método consiste en recalcular cada año las pensiones considerando que,
1. El capital será el saldo de ahorro previsional a la fecha del cálculo, para quienes se pensionan, o recalculo para los ya pensionados.
2. El plazo será la diferencia entre la edad del pensionado y los 85 años.
3. La tasa TITRP mensual será el promedio móvil de los 120 meses anteriores al mes en que se realice el cálculo, de la rentabilidad ponderada de los fondos C (20%), D (60%) y E (20%).
4. En caso de que el valor absoluto de la variación interanual de la pensión sea superior al 3%, se utilizará el límite superior o inferior de la banda, según corresponda, para la nueva pensión.
5. Se le entregarán al pensionado pagos mensuales iguales en UF durante un año hasta el siguiente recálculo.
6. A partir de los 85 años, la pensión será el promedio simple, en UF, de las pensiones recibidas por cada individuo desde que se comience a aplicar este nuevo método, y será de cargo del Estado.
7. Dado el método de cálculo, cuando la persona cumpla 85 años quedará un saldo final positivo o negativo en su cuenta de ahorro personal. En caso de que se produzca un saldo negativo el déficit será financiado por el Estado. En caso de que el saldo sea positivo, los recursos serán de beneficio fiscal.
8. Para las personas que actualmente son mayores de 85 años, se calculará una pensión de referencia como el promedio, ponderado por el número de casos, de las nuevas pensiones de cada grupo etario entre 65 y 84 años. Finalmente, la nueva pensión será el mayor monto entre la pensión de referencia y la pensión que actualmente esté recibiendo cada pensionado. La pensión de referencia será la misma para hombres y mujeres.
9. A las pensiones de sobrevivencia se les seguirán aplicando las normas vigentes relativas a los beneficiarios y porcentajes de pensión, pero respecto de las nuevas pensiones que resulten de la aplicación de este nuevo método.
Para efectos del Saldo de Ahorro a que se refiere esta propuesta, la Reserva generada por el Factor de Ajuste se sumará al saldo de ahorro de la cuenta personal del pensionado. A partir de ahora, se elimina el uso del factor de ajuste.
Un método alternativo de cálculo de la pensión de referencia a que se refiere el punto 8 de la propuesta, es considerar el capital que tenían ahorrado y la edad al momento en que el afiliado se pensionó para calcular, con este nuevo método, cual hubiese sido su pensión a lo largo del tiempo y luego aplicar el método que se señala en el punto 6 para calcular su pensión, esto es, el promedio simple, en UF, de las pensiones que hubiese recibido.
3. Dos casos reales de aplicación del método
La mejor manera de apreciar el efecto de la propuesta es mostrar un par de ejemplo reales de dos personas que aceptaron compartir con nosotros las cartolas de sus respectivas AFP. Naturalmente, no se identificarán aquí ni las personas ni sus AFP.
El primer ejemplo es el de una mujer de 71 años, cumplidos en agosto de 2019, que disponía, al cierre de octubre, de un capital de poco más de $ 84 millones. Para el cálculo se utilizó el promedio móvil a septiembre de 2019
Ejemplo N° 1
Como se puede observar, modificando el método de cálculo de la pensión, se logra una mejora inmediata de un 54,6% pasando de una pensión de $ 442.442 a una de $ 684.045. Dado que esta persona tiene 71 años, hasta que cumpla los 85 este importante aumento de su pensión se hará enteramente con cargo a sus propios ahorros previsionales y no significará costo alguno para el estado hasta el año 2033, si es que a esa edad tiene la suerte de estar aún con vida.
El segundo ejemplo, que se muestra en la página siguiente, es el de un hombre de 74 años, cumplidos precisamente en el mes de octubre pasado, que contaba con un ahorro previsional de poco mas de $ 105 millones al 31 de octubre.
En este caso se obtiene una mejora de un 79,1% respecto de su pensión actual pasando de $ 572.663 a $ 1.025.894.
El hecho que, a mayor edad, mayor sea el aumento porcentual de la pensión se debe a que la persona mayor lleva más años “ahorrando” pues ha estado recibiendo una pensión inferior a la que se le podía haber pagado, por más tiempo, juntando así un mayor saldo en términos relativos.
Ejemplo N°2
Habida consideración de que mientras mayor sea la edad del pensionado ha debido pasar más tiempo con una baja pensión, es de justicia que en lo que le queda de vida recupere los montos que no le fueron pagados que, por lo demás, son estrictamente de su propiedad.
4. Análisis del método de cálculo
Plazo
Como se estableció precedentemente, cada vez que se recalcule la pensión, se utilizará como plazo la diferencia entre 85 años y la edad del pensionado en ese momento. La elección de los 85 años no es al azar. Ésta es la expectativa de vida que la propia Superintendencia de Pensiones acaba de publicar, el pasado 1° de julio, para los hombres de 65 años.
En esta propuesta no se hace diferencia entre hombres y mujeres en la edad utilizada para el cálculo pese a que, según la ya citada Superintendencia, las expectativas de vida de las mujeres de 60 años son, actualmente, hasta los 90 años. Así, las mujeres tendrían una mejora relativa mayor en sus pensiones, disminuyendo en algo las inequidades existentes
La edad límite de 85 años debería ser aumentada en un año cada vez que cambie la expectativa de vida de los hombres de 65 años. Esto permitirá mantener controlado el gasto fiscal. Más aún, si esto queda establecido en la ley, se evitarán futuras discusiones.
Tasa de Interés Técnico para Retiro Programado (TITRP)
Se propone, simplemente, eliminar el uso del vector de tasas de interés y utilizar, exclusivamente, la tasa de retorno calculada del modo propuesto más arriba, esto es el promedio móvil de los 120 meses anteriores al mes en que se realice el cálculo, de la rentabilidad ponderada de los fondos C (20%), D (60%) y E (20%). La TITRP se recalculará todos los meses una vez que se conozca las rentabilidades de los fondos C, D y E del mes precedente y será utilizada para el cálculo o el recálculo, según corresponda, de las pensiones para los siguientes 12 meses. Si bien actualmente la Superintendencia de Pensiones también usa un promedio con las mismas ponderaciones, el método de cálculo es diferente pues utiliza la tasa anualizada al mes de diciembre que se recalcula solo una vez al año. A diferencia del cálculo actual, en el método propuesto se utiliza la tasa del mes que corresponda. A nuestro juicio, el método actual es mucho más engorroso y, por ende, menos comprensible para la gente común.
En el entendido que las ponderaciones utilizadas para los fondos C, D y E responden a la composición de las carteras del conjunto de los pensionados bajo el régimen de retiro
programado, proponemos que las ponderaciones se recalculen anualmente en función de la distribución real de los recursos entre los tres fondos.
Banda de variación de las pensiones
No obstante que la utilización de los promedios móviles de 120 meses permite una variación interanual lenta de la TITRP, los periodos de turbulencias muy prolongadas de los mercados pueden llegar a generar variaciones interanuales indeseables de las pensiones.
Para limitar estas variaciones, se propone utilizar una Banda de Variación de las Pensiones, limitando la variación mediante un Porcentaje Máximo de Variación Interanual de las Pensiones (PMVIP) que deberá establecer la Superintendencia de pensiones, anualmente, en función de la tendencia observada en la rentabilidad real anual de los fondos en el año precedente.
En todo caso, consideramos que en la ley debiera establecerse el valor máximo del PMVIP dentro del cual se puede mover la Superintendencia de Pensiones el cual, como se verá más adelante, no debiera superar el 3%.
Destino del saldo de ahorro a los 85 años
Cuando desarrollemos, más adelante, algunos ejemplos prácticos, se podrá comprobar que cualquiera que sea la TITRP que se utilice, el saldo final para las personas de 85 años no será nunca igual a cero, salvo que la TITRP sea exactamente igual a la rentabilidad real de los fondos durante el año precedente.
En consecuencia, existirá prácticamente siempre un saldo final, positivo o negativo, que deberá ser considerado. En caso de que se produzca un saldo negativo proponemos que el déficit sea financiado por el Estado. Igualmente, en caso de un saldo positivo, proponemos que dichos recursos sean de beneficio fiscal para el financiamiento de las futuras pensiones del mismo pensionado.
Por razones meramente estadísticas, en el largo plazo los saldos positivos y negativos deberían compensarse evitando así un mayor costo para el Estado.
¿Por qué debe el Estado pagar las pensiones a partir de los 85 años?
Quizás si el punto de mayor controversia en el necesario debate que se producirá en torno a esta propuesta será por qué, en un régimen de ahorro individual, habría el Estado de hacerse cargo de pagar las pensiones de todos los pensionados a partir de los 85 años.
La razón es simple: porque las pensiones que está generando el actual sistema son insuficientes. En otras palabras, porque el Estado tiene, entre sus obligaciones, garantizar la seguridad social de todos los ciudadanos.
Si no se fija una edad límite como horizonte para el cálculo de las pensiones, es imposible no utilizar las tablas de mortalidad como instrumento para evitar que los fondos de los pensionados duren hasta su fallecimiento con las dificultades que esto trae aparejado.
En esta proposición dejamos en manos del Estado asegurar las pensiones de los pocos pensionados que sobrepasen los 85 años, los que al mes de octubre de 2019 eran, apenas, 7.886 de los cuales 6.202 son mujeres y 1.684 varones. Como se mostrará más adelante se estima que al año 2039 habrá 148.719 pensionados vivos mayores de 85 años, si se confía en las actuales tasas de mortalidad.
Si bien es cierto que estos números crecerán a lo largo de los años, tanto por que un mayor número de personas está cotizando, como debido al aumento de la esperanza de vida, no es menos cierto que carece de toda lógica condenar a la miseria a los actuales pensionados porque en 30 años más los costos para el Estado pueden llegar a ser muy altos.
Proyectar el futuro asumiendo que todas las variables del modelo que se utilice permanecerán inalteradas es del todo irracional. El costo que deberá pagar por el Estado con este modelo depende, entre otras variables, de la esperanza de vida de los hombres de 65 años, hoy en 20 años. Nada impide utilizar esta edad como un parámetro de ajuste que permita mantener acotado el gasto fiscal.
Así, por ejemplo, en el año 2039 habrá solo 35.281 pensionados mayores de 90 años. Cualquier edad entre 85 y 90 permite acotar el número de personas que deben ser financiadas por el Estado, lo que demuestra que el costo del modelo no es un problema insalvable.
Por cierto, que el ajuste de la edad que se utilizará como horizonte deberá concordarse junto con las modificaciones legales que sean necesarias efectuar para adoptar este modelo. Por ejemplo, el horizonte de edad bien puede quedar establecido de modo que el gasto del Estado no supere un monto máximo establecido en la ley dentro de, por ejemplo, los 20 años siguientes y, cada vez que ello ocurra, se subirá el mencionado horizonte o bien, estableciendo la edad máxima en función del número de pensionados que la superen.
5. ¿Cómo habrían sido las pensiones si este método se hubiese comenzado a aplicar en octubre de 2012?
Con el objeto de ver la factibilidad y grado de estabilidad de la propuesta, es necesario ver algunos casos con las tasas reales que han existido en el pasado. La rentabilidad de los fondos C, D y E solo están disponibles desde septiembre de 2002, en consecuencia, los promedios móviles de 120 meses solo están disponibles desde septiembre de 2012. Utilizaremos para el análisis distintos casos desde esa fecha en adelante.
Dos ejemplos
En los cuadros siguientes se muestran, para algunos casos particulares, las variaciones que hubiesen tenido las pensiones si esta propuesta se hubiese comenzado a aplicar en el pasado, utilizando para ello las tasas que, de acuerdo con el método propuesto, se hubiesen utilizado conociendo hoy las tasas reales. Esta simulación es esencial para validar, con datos reales, el modelo propuesto.
En el primer ejemplo se muestra el caso de una persona –hombre o mujer pues como se indicó, no se hace diferencias en el cálculo entre ellos– que en octubre de 2012 cumplió 78 años y que, en consecuencia, cumplió la edad tope de 85 años en octubre de 2019. La idea es ver cómo habrían evolucionado sus pensiones y, en este ejemplo particular, determinar cual sería su pensión a partir de los 85 años.
Se supuso un ahorro acumulado, a septiembre de 2012, de $ 10 millones. Cabe señalar que todos los valores que se muestran en la tabla son escalables en función del ahorro inicial con excepción de los porcentajes que se mantienen inalterados. Así, por ejemplo, si el ahorro fuese de $ 20 millones, todos los valores se deben multiplicar por dos. El cálculo se efectuó para cuatro bandas de pensiones utilizando valores del PMVIP iguales a 3%, 5%, 7% y 10%. La banda del 10% genera, en este ejemplo, los mismos valores que la del 7%. Todos los valores permanecen con poca variación entre sí y el saldo final, esta vez positivo, varía entre $ 16.475 y $ 52.327. De acuerdo con la propuesta, este saldo es de beneficio fiscal para financiar la pensión del individuo a contar del mes de octubre de 2019 que ascenderá, de ahí en adelante, a la suma de $ 139.152 si se utiliza la banda de pensiones del 3%.
En el segundo ejemplo, se muestra el caso de una persona que en octubre de 2012 cumplió 65 años y que, en consecuencia, cumplió 72 años en octubre de 2019. Se supuso un ahorro acumulado a septiembre de 2012 de $ 25 millones. El cálculo se efectuó para los mismos cuatro valores del PMVIP empleados en el Ejemplo N° 1. Esta vez la banda del 10% sí afecta los resultados, pero las variaciones son nuevamente menores.
Por desgracia, no se tuvo a la vista un cálculo oficial de cuál fue el comportamiento real de estos dos casos para poder compararlos.
De estos ejemplos se podría inferir, por cierto erradamente, que el uso de la Banda de Pensiones no se justifica y que siempre el saldo final va a ser positivo. La verdad es que el signo del saldo final depende del modo en que se hayan alternado en el pasado tasas de rentabilidad positivas y negativas.
Siete años de Rentabilidad Negativa
Como es usual en el estudio de nuevos métodos, se procedió a someter la proposición a dos situaciones extremas, la primera de las cuales corresponde a una situación límite de siete años continuos de rentabilidad decreciente y negativa de los fondos de pensiones, la cual se representa en el gráfico siguiente.
La línea roja representa un hipotético comportamiento de la rentabilidad mensual ponderada de los fondos C (20%), D (60%) y E (20%). Por su parte, la línea azul corresponde a los promedios móviles de 120 meses de dichas rentabilidades.
Como se puede observar, la rentabilidad real se sitúa permanentemente por debajo de los promedios móviles. Cabe recordar que la TITRP que se ha usado hasta ahora va, incluso, muy por debajo de la rentabilidad real por lo que una situación como esta habría provocado el colapso en las pensiones de todos los afiliados al sistema.
Utilizamos las tasas del gráfico anterior aplicadas a la situación descrita en el Ejemplo N°3 obteniéndose los siguientes resultados:
En esta simulación agregamos una columna para ver el comportamiento de las pensiones si no se hubiese utilizado ninguna banda. Los resultados, que se muestran en la última columna, justifican plenamente el uso de ellas y, además, muestran que una banda del 10% es exageradamente alta pues no tendría ningún efecto regulador ya que sus resultados son idénticos con los del escenario sin banda de pensiones.
Si no existiese ninguna restricción a la variación interanual de las pensiones, éstas hubiesen disminuido, en 7 años, desde la suma de $ 139.347 a tan solo $ 46.203, es decir una disminución de un 66,8%. De hecho, de la tabla de desarrollo de este ejemplo, se infiere que entre septiembre y octubre de 2018, la pensión hubiese caído un 25,1%.
Si bien es cierto que este es un ejemplo extremo de escasa probabilidad de ocurrencia, pero posible -siete años de crisis económica- nos demuestra que el Estado de Chile no puede dejar que sea solamente el mercado el que regule el tema de la seguridad social. Si se considera una banda del 3%, al Estado le costaría solo $ 1.972.069 reducir la caída de modo que, entre la renta inicial y la final, hubiese una disminución de solo un 16,3% que, si bien es aun elevado, hace que los sacrificios resultantes de una crisis económica sean compartidos.
Siete años de Bonanza
En este ejemplo, los saldos son positivos y, según se ha propuesto, de beneficio fiscal. Solo así se pueden equilibrar los déficits que se pueden producir en periodos de rentabilidades decrecientes. Como se señaló anteriormente, si las variaciones hacia arriba y hacia abajo se dan de un modo simétrico en el largo plazo, los déficits y los superávits debieran equilibrarse no significando ninguna carga para el Estado
La utilización de la banda del 3% produce una pensión promedio de $138.829 que es marcadamente inferior a los $161.515 que se hubiese obtenido si no se usara una banda de pensiones. La tasa del 3% provoca un alto saldo final de $ 2.541.391 mientras que sin banda solo quedarían $232.673.
Este ejemplo, en conjunto con el anterior, refuerzan la necesidad de incorporar las bandas de pensiones para evitar fluctuaciones que, a nivel de las personas, pueden llegar a ser desastrosas.
No obstante que en este caso el uso de una banda de pensiones perjudica al pensionado, no es menos cierto que es imposible predecir las rentabilidades futuras por lo que bien podría haberse dado el escenario del ejemplo N° 5. Así, resulta de toda equidad que el Estado y el pensionado compartan el riego de incerteza de la rentabilidad futura. Si la rentabilidad sigue una distribución normal en torno a los promedios móviles, la suma algebraica de los déficit y superávits que se generarán tendrán una media cero, minimizando el costo probable par el Estado.
10
Finalmente, no puede omitirse el hecho que, con el actual método de cálculo, las pensiones tienden a bajar sostenidamente a partir de cierta edad del pensionado, edad que coincide, por desgracia, con el periodo de mayor desamparo de las personas.
6. Estimación del costo fiscal de la propuesta
Evidentemente, esta propuesta tendrá un costo para el Estado que será creciente en el tiempo a medida que nuevos pensionados alcancen la edad de 85 años, pero que tenderá, necesariamente a estabilizarse en algún momento debido al fallecimiento de los pensionados más ancianos. Por cierto, que el costo se verá también influenciado por la mayor longevidad de la población y, esperamos, que por una mejora en las pensiones.
Sin embargo, los pensionados varones que en 2019 tenían 64 años, no cumplirán 85 años antes del año 2040 y las mujeres que tenían 60 años en 2019 no cumplirán 85 años si no hasta el año 2045. En consecuencia, hasta el año 2039 el Estado solo deberá financiar el stock de los actuales pensionados, mujeres y hombres, que vayan cumpliendo 85 años lo que es relativamente fácil de estimar.
Para el cálculo del costo se contó con información oficial entregada por la Superintendencia de Pensiones (SP), más precisamente, se tuvo a la vista el número de pensionados y el saldo promedio de sus cuentas de ahorro previsional, por sexo y edad, a octubre de 2019 a partir de los 60 años en el caso de las mujeres y de los 65 en el de los hombres. La información estaba desglosada por año hasta los 99 y acumulada de los 100 años en adelante. Según esta información, existen 39 mujeres y solo 1 hombre de 100 años o más con saldo de ahorro previsional mayor que cero.
Estimación del Número de Sobrevivientes por Año
Utilizando las tablas de mortalidad vigentes para hombres y mujeres establecidas por la propia Superintendencia de Pensiones, se determinó la evolución, a partir del año 2020, del número de pensionados, por cohortes de edad, existentes a octubre de 2019 que permanecerán con vida en los años siguientes. A continuación, se muestra un fragmento del resultado obtenido para los hombres.
Cálculo de las Nuevas Pensiones Promedio
A continuación, se procedió a calcular las nuevas pensiones promedio que se debieran utilizar en el primer año de aplicación del método. Más precisamente, se utilizó la función
Pago, de Excel, que permite calcular las cuotas mensuales de un crédito basado en pagos y tasas constantes, lo que mencionamos aquí para que cualquier persona pueda verificar los cálculos o, lo que pudiera interesarle más, determinar cuál sería, en su caso, la nueva pensión que le correspondería si esta propuesta fuese aceptada.
Obviamente, en este caso el deudor es la AFP y el acreedor el pensionado. Como capital, se utilizó el saldo de ahorro promedio de cada grupo etario; como tasa, el promedio móvil de los últimos 120 meses que a septiembre de 2019 fue de un 0,38% -que equivale a una rentabilidad anual de un 4,6%- y como plazo 85 años menos la edad de cada grupo.
En el Cuadro N° 2 siguiente, se muestran las nuevas pensiones promedio para cada grupo etario que se obtienen de la aplicación del método propuesto. La columna meses se refiere a la diferencia entre la edad del grupo etario y los 85 años. Cabe señalar, que todo el análisis se refiere, exclusivamente a las pensiones autofinanciadas y, por cierto, no consideran la existencia de un eventual APV.
En el cuadro se puede verificar que las pensiones promedio son crecientes con la edad, es decir mientras mayor sea la edad del pensionado mayor será la mejora en sus pensiones. Esto se debe a que el saldo de capital, aumentado indebidamente debido a los pagos innecesariamente bajos que han efectuado hasta ahora las AFP, deberá consumirse en un cada vez menor plazo. Nos parece de justicia que quienes han sufrido, en términos relativos, mayores penurias, reciban los beneficios de un tal sacrificio, en mayor medida, tanto más cuanto que éste no fue voluntario.
No obstante, si así lo decide el gobierno, es posible considerar una cota superior para las nuevas pensiones así calculadas de modo que quienes superen ese máximo deberán seguir con el método actual hasta que su pensión llegue a dicho máximo. El efecto práctico de usar una cota superior es una disminución del costo de esta propuesta para el Estado, pero no fue considerada en los cálculos por considerarla extremamente injusta.
Por desgracia, no se contó con información oficial respecto de cuales son hoy las pensiones promedio para estos mismos grupos de etarios, lo que hubiese permitido obtener el porcentaje promedio de aumento respecto de la situación actual.
Estimación del monto de las pensiones futuras
Las nuevas pensiones se calcularon con un horizonte a los 85 años, aunque solo se aplicarán el primer año, puesto que, después, corresponde recalcularlas con los nuevos saldos de capital, la nueva tasa y el plazo reducido en un año. En lo que sigue, vamos a suponer que las pensiones así calculadas se mantendrán relativamente invariables a lo largo del tiempo, lo que es una hipótesis razonable dado el uso de una banda de pensiones del 3%. Por lo demás, los ejemplos que hemos mostrado hasta ahora permiten verificar esta situación.
Multiplicando la nueva pensión promedio de cada grupo etario por el número estimado de sobrevivientes de cada cohorte en los años siguientes, se obtiene una estimación del monto mensual de las pensiones que serán pagadas a partir del año 2020 por rango etario. Multiplicando por los 12 meses del año, se obtiene una estimación del monto anual de dichas pensiones.
En el Cuadro N° 3 siguiente, se muestra un fragmento del monto estimado de las pensiones totales por año a partir del año 2020 en millones de pesos.
Como a los mayores de 85 años no es posible aplicarles el método propuesto, se calculó una pensión de referencia como el promedio, ponderado por el número de casos, de las nuevas pensiones de cada grupo etario entre 65 y 84 años lo que dio por resultado una pensión de $ 229.682. Finalmente, la nueva pensión será el mayor monto entre la pensión de referencia y la pensión que actualmente esté recibiendo cada pensionado. Cabe recordar que esta propuesta considera que la pensión así calculada se mantendrá inalterable, en UF, hasta el fallecimiento del pensionado. Por razones de equidad, se utilizó este mismo monto para las mujeres mayores de 85 años.
Como se mencionó anteriormente, una alternativa para determinar la pensión de referencia es calcularla como el promedio de las pensiones que hubiese obtenido cada pensionado, hasta los 85 años, si se hubiese utilizado el método propuesto comenzando desde la edad y el ahorro previsional que tenía cada persona al momento de pensionarse.
Costo para el Estado
Tal como se propone, el Estado deberá hacerse cargo de las pensiones de todas las personas a partir de los 85 años y hasta su fallecimiento. En el cuadro siguiente se muestra un fragmento de los costos anuales, en millones de pesos, que deberá afrontar el Estado en los próximos años. Dado que se desconocen las pensiones actuales de los mayores de 85 años, el cálculo se hizo con el monto único, para hombres y mujeres, de $ 229.682.
Finalmente, considerando tanto el costo para las mujeres como para los hombres, se obtiene la estimación del costo, para el Estado, de la propuesta para el stock de pensionados a octubre de 2019 que se muestra en el gráfico siguiente.
El gráfico anterior proviene de la tabla que se entrega en el Anexo, al final del documento, en el cual muestra el resultado del cálculo de los costos, para el Estado, de esta propuesta, expresados en millones de dólares según el valor del dólar observado el 31 de octubre, para el período 2019 - 2039.
Como se puede observar en el Anexo, el costo de esta propuesta, para el Estado, el año 2020, sería apenas de US$ 44,4 millones, aunque, como es natural, irá aumentando hasta alcanzar un máximo, en el año 2039, de US$ 314,1 millones, monto que está lejos de significar un desembolso imposible para el Estado.
Como ya se explicó, hasta el año 2039 solo influyen en los costos los actuales pensionados puesto que recién a partir del año 2040 comienzan a cumplir 85 años los pensionados que a octubre de 2019 -fecha a la que se tiene la información- tenían 64 años o menos. En consecuencia, para estimar los costos a partir del año 2040, se requiere tener una estimación del número de pensionados y del saldo de capital que tendrán las personas al momento de pensionarse al cumplir los 85 años. Así, por ejemplo, para estimar el costo para el Estado de los pensionados que en 2019 tenían 60 años, sería necesario contar con una estimación de cuantos de ellos estarán vivos en el año 2024 -lo que es fácil de calcular utilizando el número de afiliados del año 2019 y las tablas de mortalidad vigentes- pero, además, se requeriría saber cuál será el ahorro previsional de este grupo etario a esa fecha. La SP no cuenta con estas estimaciones.
El cálculo precedente no incorpora las pensiones de sobrevivencia debido a que no se dispuso de la información necesaria.
Tampoco considera la situación de las rentas vitalicias, aunque, si se dispusiera de suficiente información, se podría proponer un sistema de compensación estatal justo y equivalente para los actuales pensionados por este sistema que, ciertamente, tampoco tienen la culpa de haber tenido que adoptar una decisión que hoy podría ser contraproducente si se aceptara la presente propuesta.
En todo caso, una vez que el método sea implementado -asumiendo que el gobierno lo acepta- las personas que se decidan por las rentas vitalicias, no podrán esperar ninguna nueva compensación futura por parte del Estado.
Finalmente, deseamos reiterar que condenar a una vejez de miseria a los actuales pensionados porque los costos, más allá del año 2040, podrían, eventualmente, ser muy elevados para el Estado, carece de toda lógica, tanto más cuanto que, como se ha mencionado, dichos costos pueden ser controlados, simplemente, subiendo el horizonte de 85 años a medida que el costo aumente.
7. Resumen de la propuesta
Se puede resumir la propuesta en cuatro medidas concretas que deben ser tomadas por la autoridad respecto del modo en que se calculan las pensiones, a saber:
• Eliminar las Tablas de Mortalidad y reemplazarlas por el autofinanciamiento de las pensiones hasta los 84 años con cargo a los ahorros de los pensionados y por un financiamiento fiscal de una suerte de renta vitalicia diferida a partir de los 85 años.
• Eliminar el uso de los vectores de tasas y cualquier referencia a las tasas libres de riesgo, utilizando en su reemplazo los promedios móviles de 120 meses de las rentabilidades reales que, hemos probado, son una estimación prudente, aun en los casos más adversos, del comportamiento futuro de la rentabilidad de los fondos.
• Eliminar el uso del Factor de Ajuste cuya finalidad no parece ser otra que retrasar la salida de los flujos de las AFP
• Introducir una banda de pensiones -nuestra recomendación es el 3%- que junto con asegurar que los fondos no se extingan, permita minimizar la variación interanual de las pensiones resolviendo, de paso, la aberración que significa pensiones decrecientes en el tiempo.
8. Beneficios y desventajas de método propuesto
Es evidente que esta propuesta, como cualquier otra, tiene beneficios y desventajas. Entre las primeras podemos indicar las siguientes:
1. Importante aumento, inmediato, de las pensiones vigentes
2. Costo relativamente bajo para el erario fiscal
3. Certeza, dentro de un rango del 3% de variación interanual, de los montos de las pensiones que se percibirán, resolviendo el problema intrínseco del actual sistema en el cual las pensiones del sistema de reparto decaen sistemáticamente pudiendo llegar, incluso, a desaparecer.
4. Permite dar estabilidad a las pensiones futuras de los cónyuges al fallecimiento del pensionado.
En cuanto a las desventajas podemos señalar tres:
1. Mayor costo para el Estado pese a que como se demostró, permanecerá bastante acotado, al menos, hasta el año 2039.
2. Pérdida de competitividad del sistema de Rentas Vitalicias que deberán ofrecer mejores planes o no tendrán clientes ya que este sistema también garantiza una renta vitalicia.
3. Disminución de los recursos disponibles para inversión de las AFP que podría afectar a las grandes empresas que, actualmente, dispone de dichos recursos.
Respecto de estas dos últimas objeciones, cabe tener presente que el ahorro de las personas no tiene como objetivo financiar ni a las compañías de seguros ni los recursos para las grandes empresas, si no obtener las mejores pensiones futuras para los pensionados y sus familias.
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